Page 35 - (Desolación)
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que arriba donde se abren de nada se asombraron:
todo lo habían visto, lo mínimo y lo inmenso.
Estaba más cansada que el que marchase treinta
siglos por una estepa que el sol tremendo inunda.
Era todas las fuentes y se hallaba sedienta; 15
era también la fuente y estaba moribunda.
Yo no pregunto ahora si es lámpara o ceniza.
Como la sé gloriosa la canto sollozando;
pero lloro por mí, mezquina e indecisa,
que me mancho si caigo y que vacilo si ando. 20
Su huesa aroma más que esta acre primavera;
su rostro es el sereno del que por fin ha visto.
Sé que limpiase mi alma si hacia mí lo volviera;
sé que si abre los ojos me entrega entero a Cristo.
[61]
La sombra inquieta
I
Flor, flor de la raza mía, Sombra Inquieta,
¡que dulce y terrible tu evocación!
El Perfil de éxtasis, llama la silueta,
las sienes de nardo, l´habla de canción;
Cabellera luenga de cálido manto, 5
pupilas de ruego, pecho vibrador;
ojos hondos para albergar más llanto;
pecho fino donde taladrar mejor.
Por suave, por alta, por bella ¡precita!
fatal siete veces; fatal ¡pobrecita! 10
por la honda mirada y el hondo pensar.

