Page 33 - (Desolación)
P. 33
junto a la dulce lámpara, con dulzor de gemidos!
De la página abierta aparto la mirada
¡oh muertos! y mi ensueño va tejiéndoos semblantes: 50
las pupilas febriles, los labios anhelantes
que lentos se deshacen en la tierra apretada. [58]
Gotas de hiel
No cantes; siempre queda
a tu lengua apegado
un canto: el que debió ser entregado.
No beses: siempre queda,
por maldición extraña, 5
el beso al que no alcanzan las entrañas.
Reza, reza que es dulce; pero sabe
que no acierta a decir tu lengua avara
el sólo Padre Nuestro que salvara.
Y no llames la muerte por clemente, 10
pues en las carnes de blancura inmensa,
un jirón vino quedará que siente
la piedra que te ahoga,
el gusano voraz que te destrenza. [59]
El Dios triste
Mirando la alameda, de otoño lacerada,
la alameda profunda de vejez amarilla,
como cuando camino por la hierba segada
busco el rostro de Dios y palpo su mejilla.

