Page 329 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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convertido en una concha vacía. Acércame a tu
oído y oirás el tumulto distante de un océano
fantasmal. Nada. La más leve presión de la
corriente o de la marea podía llevárseme,
hacerme rodar. Arrastrado a esta orilla, me
secaría y perdería el color y el viento me
erosionaría, me dejaría rugoso, borraría las capas
más finas hasta dejarme delgado y quebradizo
como el papel. Hasta que me convirtiese en
arena. Así es como me sentía. Diría que era un
alivio no tener al fin nada, absolutamente nada,
pero estaba demasiado hueco para sentir alivio,
demasiado vacío para soportarlo.
Me la resudaba lo que me hiciera aquel puto
viejo. Cuando no tienes nada que perder estás
tan vacío, tan ligero, que la arena en la que te
conviertes se la lleva una ráfaga de viento y es
tan insustancial que se eleva hasta fundirse en la
tormenta de arena de las estrellas. Ahí es donde
acabamos todos. Lo demás es ir desgastándose
a la espera del viento.
No estaba en la mejor posición para negociar.
Tenía las manos vacías. Ni siquiera pensaba: Le
he perdonado la vida a él y a su hija, me debe al
menos una. ¿Qué? Veinte putos puntos.
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