Page 47 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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fuerte, tirando a preocupante, qué putada si se
soltaba una pieza y, casi cegado por el sol,
guiándome por el borde izquierdo del asfalto,
treinta metros después de tocar tierra seguía a
toda leche, iría a ciento diez, ¡pumba!, y de haber
sido el tren del morro en lugar del izquierdo la
Bestia se habría ido al garete, y yo con ella. Y
Jasper. Salí a echar un vistazo. El agujero me
llegaba casi a la cintura, era perfectamente
rectangular, parecía que lo hubieran excavado
perritos de las praderas con pequeñas
retroexcavadoras. Joder. Mi espalda. Menudo
golpe. Me senté con las piernas colgando en el
hoyo, Jasper también se sentó y se apoyó contra
mí como hace siempre, y levantó la mirada hacia
mí muy deprisa, amable, muy preocupado.
Estando sentado así me vino a la memoria un
restaurante japonés al que me llevó Melissa una
vez y que en lugar de sillas, en lugar de
alfombras y cojines, tenía una especie de hueco
para los pies, como para que esos occidentales
tan tiesos se sentaran en el suelo haciendo
trampa. El sol proyectaba nuestras sombras
ochocientos metros por la pista de aterrizaje. El
impacto había agrietado el montante, fue
entonces cuando aprendí a soldar y también que
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