Page 1037 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Era una triste visión. No parecía nada. Basura.
Isaac se agachó junto a ello y empezó a prepararse.
Su cabeza se tambaleaba bajo el peso del casco.
Conectó dos de los motores de cálculo para
convertirlos en una red poderosa. Entonces empezó
una tarea mucho más complicada: conectar las demás
piezas en un circuito coherente.
Los motores mecánicos estaban unidos a los cables y
estos a los motores analíticos, más grandes. Revisó las
entrañas del otro motor, comprobando ajustes sutiles.
Había cambiado su circuitería. Las válvulas de su
interior ya no eran solo interruptores binarios. Estaban
sintonizadas especifica y cuidadosamente a todo lo
incierto y lo cuestionable; las áreas grises de la
matemática de crisis.
Introdujo pequeños enchufes en los receptores y
conectó el motor de crisis a las dinamos y
transformadores que convertían una asombrosa forma
de energía en otra. Un circuito insólito y dislocado
empezó a desperdigarse por el pequeño espacio plano
del tejado.
La última cosa que extrajo del saco y conectó a la
extendida maquinaria era una caja de latón negro
toscamente soldado, del tamaño aproximado de un
zapato. Tomó el extremo del cable, el enorme trabajo
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