Page 1141 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Ella abre los labios de la glándula y expulsa una bolita de
húmedo esputo de khepri. Mueve los brazos, excitada,
mientras rezuma, carente de forma y mojada y cae
pesadamente al suelo como un excremento blanco.
Un fino chorrito de baba con los colores de las bayas cae
detrás de ella, salpicando y tiñendo la masa.
Derkhan aparta la mirada. Isaac llora como nunca he visto
hacerlo a un humano.
Fuera de nuestro asqueroso chamizo la ciudad descansa
tendida, obesa y libre, de nuevo desafiante y sin miedo. Nos
ignora. Es una ingrata. Esta semana los días son más fríos,
un breve paréntesis en el implacable verano. Sopla una brisa
desde la costa, desde el estuario del Gran Alquitrán y la Bahía
de Hierro. Cada día arriban varios barcos. Echan el ancla en
el río, al este, esperando a ser descargados y vueltos a cargar.
Navios mercantes de Kohnidy Tesh; exploradores llegados
del Estrecho de Fuegagua; factorías flotantes de Myrshock;
piratas de Figh Vadiso, respetables y respetuosos con la ley
ahora que están bien lejos de mar abierto. Las nubes se
escabullen como abejas frente al sol. La ciudad es ruidosa. Ha
olvidado. Tiene la vaga noción de que un día algo perturbó
su sueño: nada más.
Puedo ver el cielo. La luz se cuela entre los toscos tablones
que nos rodean. Me gustaría mucho estar muy lejos de aquí.
Puedo imaginarme la sensación del viento, la súbita pesadez
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