Page 294 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  Todos se levantaron para proseguir la marcha.


               Alguien llevaba el incómodo bulto de Skatholtz,



               mientras su oponente, con una amplia sonrisa,


               se limpiaba su ensangrentada nariz.


                  Al  promediar  la  tarde,  Skatholtz  dijo  dos


               palabras que Corbell pudo reconocer. Dijo:


                  —Basta de charla.


                  Así lo hicieron. El silencio fue total. Skatholtz


               aflojó  el  paso  para  caminar  junto  a  Corbell  y



               murmuró en varones, en voz muy baja:


                  —Eres muy fuerte para caminar.


                  —No puedo evitarlo. ¿Nos ocultamos de algo?


                  —De la cena. Antes era demasiado temprano.


               No  conviene  llevar  comida  durante  un  trecho


               tan largo. Si algo se mueve, dímelo.


                  Corbell  asintió.  Difícilmente  vería  algo.


               Tendrían  que  pasar  meses  antes  de  que  su


               cerebro pudiera acomodar su vista para ver lo



               que veían los Varones en su territorio. El indio


               experto  ve  lo  que  pasa  inadvertido  para  el


               blanco, pero sólo en su propio ambiente.


                  Dos  Varones  pasaron  su  carga  a  otros  y  se


               apartaron  silenciosamente.  Corbell  no  pudo


               seguirles con la vista, pero al cabo de un rato se


               oyó un sonido misterioso y terrorífico, como el



               de  un  clarinete  pidiendo  ayuda.  Al  instante





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