Page 335 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
y mesas; y aún seguían llegando concurrentes.
Cinco o seis mujeres le hicieron gestos de que se
acercara desde una de las camas y Corbell
aceptó.
Su nerviosismo no duró mucho. Una
ondulante cama de agua y cálida carne
femenina: eso fue su almohada, y todo
absolutamente deleitoso. Por pura cortesía, y
porque estaba más cerca, tomó en primer
término a la mayor de las mujeres. Obró con
demasiada prisa, aun consciente de ello, aunque
la mujer no pareció desencantada; después de
tanto tiempo, apurarse… Sin embargo, le seguía
pareciendo una magnífica victoria.
—Había renunciado a esto para siempre —
dijo, dando las gracias a la mujer con los ojos.
Se golpeó el pecho y, cual Tarzán, lanzó un
gran grito. En seguida tomó a una mujer de
marcados rasgos orientales y manos cálidas y
hábiles. Esta vez todo fue más prolongado y
mejor. La calvicie parcial de aquellas mujeres
las hacía más exóticas. Todas tenían pechos
parecidos: de base ancha, pero planos; ni
siquiera los de la mayor habían perdido su
tersura.
Ellas le preguntaron por sus sensaciones.
Corbell siempre había tenido problemas para
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