Page 423 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Siempre siguiendo el esquema, Corbell probó el
tercer piso.
Aquello funcionaba. Hileras de puertas
cerradas.
—Mi moneda nominal nos las abre —informó
Gording.
Golpearon una puerta a puntapiés. Era sólida.
Gording preguntó:
—¿No hay prilatsil que no estén encerrados
detrás de una puerta?
—Sí, en el techo. Pero los muchachos podrían
estar allí a estas horas.
—¿Conservaste al menos la hoja de la espada?
Corbell se la entregó. En ese momento se le
ocurrió que los ascensores podían tener
indicador. Volvió a entrar al ascensor y oprimió
todos los botones. Si se detenía en todos los
pisos, los Varones tendrían que buscarlos en
cada uno de ellos. Bajaron en el cuarto. Mientras
bajaba, de puntillas, oyó una serie de ruiditos
sordos por encima, como si fueran carreras de
ratas.
Gording había desatado la hebra de las
piedras para atar un extremo a la hoja y el otro a
su taparrabos. Hecho esto, cortó con el filo la
alfombra‐nube ante la puerta de una oficina.
—Vigila las escaleras —dijo.
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