Page 643 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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de pensamiento virtuoso, y comenzó una gran guerra.


              Ahora sabe que su público entenderá «guerra» y


              «catalizador», y la mayor parte de los conceptos

              que está utilizando. Y murieron. Todas murieron.


              Todas las personas de la Tierra excepto unas pocas. Y


              así fue cómo nunca vinieron a contemplar qué había


              crecido en sus nuevos mundos.


              Y no añade, pero piensa: Y eso sois vosotras. Hijas


              mías, sois vosotras. No sois lo que queríamos, no sois


              lo que planeamos, pero sois mi experimento, y sois un


              éxito.  Y  esa  pieza  de  bordes  afilados  vuelve  a

              moverse y sabe que una parte de sí misma, una


              parte hecha de carne y puesta a buen recaudo,


              está intentando llorar. Pero no de pena; más bien

              de orgullo, solo de orgullo.



              Un su mundo diminuto y aislado, Portia escucha


              el  discurso  de  Dios,  e  intenta  asimilarlo,  de  la


              misma  forma  que  otras  mentes  arácnidas  por

              todo el mundo deben estar intentando captar lo


              que dice. Mucho es incomprensible, como sucede


              con  buena  parte  del  mensaje  de  la  Mensajera,


              pero  es  más  claro  que  de  costumbre:  esta  vez,

              Dios realmente se esfuerza por hacerse entender.



              Portia hace la siguiente pregunta casi al mismo


              tiempo que Bianca:


              Entonces, ¿eres nuestra creadora? Con todo lo que


              eso  conlleva:  ¿Por  qué  nos  hiciste?  ¿Con  qué


              propósito?








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