Page 89 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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         piña allí en ausencia de una familia con la que quedarse. La

         zona  donde  vivía  Coffin  estuvo  de  moda  en  su  día  pero


         ahora, cincuenta años después de su transformación, estaba

         pasando por… no tiempos difíciles exactamente, sino por un

         periodo más contenido. La calle guardaba aún el recuerdo

         de días mejores. Estaba parapetada a ambos lados por los


         descuidados cubos verdes de los bloques de apartamentos,

         en cuyos interiores crecían árboles solares negros, y al borde

         de cada avenida prosperaban plumosas casias, con ramas de

         las que brotaban flores rosas, doradas y terracota.




                «Casia»,  pensó  Ferron.  Una  palabra  griega  de  origen

         incierto,  posiblemente  relacionada  con  la  palabra  inglesa

         cassia, que significa canela china o canela continental. Pero

         estos árboles no eran especias; es más, las vainas negras de


         la  casia  dorada  eran  una  poderosa  medicina  en  las

         tradiciones  ayurvédicas  y  las  de  la  casia  rosa  se  habían

         usado  desde  tiempos  inmemoriales  como  purgante  para

         caballos.




                Ferron  se  enjuagó  otra  vez  el  sudor  de  la  frente  y  —

         siguiendo con la alusión a los caballos— sujetó las riendas

         de aquella muestra tan abrumadoramente útil de su cultura

         clásica.



                El  muro  y  los  jardines  de  las  azoteas  de  los  bloques
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