Page 105 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
P. 105
—¡Oh, Dios mío, Dios mío! —mascullaba—
¡Vuelve de nuevo y esta vez de día! ¡Salió… salió y se
mueve en este mismo instante, y sólo el Señor sabe
cuándo caerá sobre nosotros!
El que hablaba calló, jadeante, pero otro tomó su
relevo.
—No hace una hora Zeb Whateley, aquí, oyó
sonar el teléfono y era la señora Corey, la esposa de
George, que vive abajo, en el cruce. Dice que el
chico Luther, el peón, estaba fuera protegiendo el
ganado de la tormenta después del gran rayo,
cuando vio que todos los árboles, en la boca del
barranco, en el lado opuesto a este, caían a un lado;
olió el mismo espantoso olor del otro lunes, cuando
descubrió las grandes huellas. Y dice la señora que
el chico oyó un sonido de deslizar y succionar, en
absoluto parecido al que pueden hacer los árboles
y los matorrales derribados, y que de repente los
árboles al costado del camino empezaron a torcerse
hacia un lado, y hubo un tremendo ruido de patear
y chapotear en el barro. Pero fíjese que Luther no
vio absolutamente nada, sólo los árboles y la
maleza que caían.
»Luego, más adelante, donde el arroyo de
105

