Page 68 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
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VII
Sin embargo, aquello no fue más que el prólogo
al auténtico horror de Dunwich. Desconcertadas
autoridades cumplieron con las formalidades, los
detalles anormales se mantuvieron fuera del
alcance de la prensa y el público, y se enviaron
hombres a Dunwich y Aylesbury para revisar las
propiedades e informar a los herederos que pudiera
tener el difunto Wilbur Whateley. Encontraron la
zona sumida en una gran agitación, tanto por los
estruendos crecientes bajo las colinas redondeadas,
como por el hedor inusitado y los sonidos como de
oleaje o chapoteo que llegaban cada vez más
intensamente desde la gran estructura vacía
formada por la granja clausurada con tablones. Earl
Sawyer, que se encargaba del caballo y el ganado
durante la ausencia de Wilbur, tenía los nervios
destrozados.
Los oficiales inventaron excusas para no entrar
en el hediondo lugar cerrado con tablas; y se dieron
por satisfechos con la inspección superficial del
sitio donde vivía el difunto, en los cobertizos recién
reparados. Redactaron un informe voluminoso que
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