Page 76 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
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y la vegetación arrollada y aplastada de campos y
cunetas. Lo que fuera que se hubiese desatado
sobre el mundo, había ido sin duda al gran
barranco siniestro; porque todos los árboles de las
laderas estaban torcidos y rotos, y había quedado
abierta una gran avenida entre los arbustos que
colgaban sobre el precipicio. Era como si una casa,
arrastrada por una avalancha, se hubiera
precipitado hacia abajo a través de la vegetación
enredada de la pendiente casi vertical. Desde abajo
no llegaba ningún sonido, sino apenas una lejana e
indefinible pestilencia. No es de extrañar que los
hombres prefirieran quedarse en el borde y
discutir, antes que bajar y desafiar al desconocido
horror ciclópeo que allí se escondía. Al principio,
tres perros que iban con el grupo habían ladrado
furiosamente, pero se habían mostrado
acobardados y temerosos en cuanto se acercaron al
barranco. Alguien telefoneó para comunicar los
hechos al Aylesbury Transcript; pero el director,
acostumbrado a las locas historias de Dunwich, no
hizo más que redactar un breve artículo
humorístico, reproducido poco después por la
Associated Press.
Esa noche todos se fueron a casa y cada hogar o
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