Page 77 - El Horror De Dunwich - H P Lovecraft
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establo fue convertido en la barricada más sólida
posible. Es innecesario decir que no quedó ningún
ganado afuera, en los pastizales. A eso de las dos de
la mañana un hedor inmundo y el aullido salvaje de
los perros despertaron a la familia de Elmer Frye,
que vivía en el borde occidental del barranco de
Cold Spring, y todos estuvieron de acuerdo en que
pudieron oír una especie de siseos apagados o
chapoteos procedentes de algún lugar del exterior.
La señora Frye propuso telefonear a los vecinos y
Elmer estaba por hacerlo cuando el ruido de
madera destrozada interrumpió sus deliberaciones.
Al parecer el rumor provenía del establo y fue
seguido de inmediato por espantosos mugidos y
pataleos del ganado. Los perros babeaban y se
acurrucaron a los pies de la familia atontada por el
miedo. Frye encendió una linterna llevado por la
fuerza del hábito, pero comprendió que salir hacia
aquel oscuro corral significaba la muerte. Los niños
y las mujeres lloriqueaban, privados de gritar por
cierto oscuro y primitivo instinto de defensa que les
indicaba que sus vidas dependían del silencio. Al
final, el escándalo del ganado disminuyó hasta
convertirse en patéticos gemidos, seguidos por una
serie de chasquidos, crujidos y estruendos. Los
Frye, apretujados unos contra otros en la sala, no se
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