Page 132 - Sumerki - Dmitry Glukhovsky
P. 132
D Dm mi it tr ry y G Gl lu uk kh ho ov vs sk ky y S Su um me er rk ki i ( (C Cr re ep pú ús sc cu ul lo o) )
El daño causado con ello es tan inconmensurable como la
laguna que dejó en la herencia cultural de la humanidad.
Bastaría sólo con mencionar que Landa y sus esbirros,
guiados por su fanático celo religioso, destruyeron casi todas
las crónicas de los mayas, así como sus libros religiosos y
obras literarias. Únicamente tres manuscritos mayas
sobrevivieron a esta catástrofe. Hoy en día se les conoce como
Códices de París, Dresden y Madrid, por el nombre de las
ciudades en cuyas bibliotecas se conservan. Otras crónicas
importantes son los libros del Chilam‐Balam, escritos en el
siglo XVI en la lengua maya, pero en caracteres latinos. Por
supuesto que también se conservan inscripciones en estelas y
monumentos arquitectónicos que aún existen en la jungla de
Yucatán, pero no cabe duda de que la humanidad ha perdido
para siempre la mayor parte del saber que contenían los libros
quemados.
¿Cuáles fueron los motivos de fray Diego de Landa?
¿Tenemos que condenarlo por lo que hizo? Debemos tener en
cuenta que, en la época en que los franciscanos pusieron el pie
en América Central, las tribus indias que habitaban aquellas
regiones seguían a menudo prácticas religiosas atroces. Quizá
esto era más frecuente entre los belicosos aztecas, que entre
las tribus mayas, pero en casi todas las culturas de América
Central se celebraban sacrificios humanos —hasta horribles
extremos entre los aztecas—, así como automutilaciones. Si
tenemos en cuenta las nada amables, e incluso terroríficas
Página 132

