Page 204 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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Alan meditó un momento antes de responder:

                   —No  he  oído  hablar  de  eso.  Como  no  tenía

              familia, supongo que le heredará el Estado.


                   —Sería  una  lástima  —dijo  Hollis—.  Max  tenía

              bien cubierto el riñón. Si yo pudiera echar la zarpa

              a ese dinero… Y eso querría Bryson, también.


                   Alan no replicó. Pagó la nota que le presentó el

              camarero  y  salieron  del  restaurante.  Y  pensó  el


              joven  si  sería  Bryson  quien  impugnaría  el  testa‐

              mento de Hawkes.

                   Bryson compareció ante el Juzgado representado


              por  un  tal  Berwin.  Fundaba  la  impugnación  en  el

              hecho de que Hawkes había estado asociado con él


              durante cierto número de años y en que, en virtud

              de  una  Ley,  de  letra  algo  oscura,  dada  en  el  siglo

              anterior,  el  patrimonio  de  un  jugador  profesional


              muerto por los agentes de la Autoridad en el acto

              de cometer un delito revertía al demandante.

                   El  robot‐computador,  que  hacía  las  veces  de


              juez, meditó un rato. Oyóse luego ruido de relés, se

              iluminó el panel que tenía en la parte izquierda de

              la cara el robot, y sobre dicho panel apareció escrito


              con  letras  de  vivo  color  rojo:  DENEGADA  LA

              ADMISIÓN DE LA DEMANDA.


                   Berwin hizo uso de la palabra durante tres mi‐

              nutos, y acabó solicitando que el robot‐computador



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