Page 210 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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interplanetaria es tan sumamente ineficaz que…»

                   —Sí; esto es lo que quiero. Me lo quedo.

                   Llegó  nuestro  intrépido  joven  a  Londres.  Allí


              había  nacido  el  gran  Cavour  hacía  más  de  trece

              siglos  y  allí  había  cultivado  su  inteligencia.  La

              estratonave hizo  el  viaje  cruzando  el  Atlántico,  en


              menos de tres horas. En media hora más el torpedo

              aéreo trasladó a Alan desde el aeropuerto al centro


              de Londres.

                   Leyendo  las  Memorias  de  Cavour,  el  joven

              Donnell se había imaginado Londres como una ciu‐


              dad  antiquísima,  triste,  que  apestaba  a  historia

              medieval. No podía estar más equivocado. Esbeltas


              torres  —los  edificios—  de  plástico  y  cemento  le

              saludaban,  le  daban  la  bienvenida.  Zumbaban  los

              torpedos  aéreos  sobre  las  azoteas  de  las  casas,  las


              cuales estaban unidas entre sí por una red de puen‐

              tes por los que transitaban millares de personas.

                   Quiso ir a la calle Bayswater, para visitar la casa


              en que vivió Cavour, por si hallaba allí documentos

              interesantes. Rogó a un agente de la circulación que

              le  dijese  por  donde  había  que  pasar  para  ir  a  esa


              calle.

                   —No conozco esa calle. No la he oído nombrar


              nunca. Lo siento, joven. Pero puede usted pregun‐

              tar a ese robot‐informador que está ahí.



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