Page 217 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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desde el principio.
—¿Ha encontrado lo que buscaba? — le pre‐
guntó Jesperson.
—No; a pesar de haber dado, como quien dice,
la vuelta al mundo — respondió Alan. Y
mirando un momento al abogado, le preguntó: —
¿Cuánto dinero tengo ahora?
—Mucho. Digamos un millón trescientos mil
créditos. El año pasado pude hacer algunas inver‐
siones afortunadas.
—Mejor. Procure usted que siga aumentando mi
capital. Puede que necesite eso y algo más si me
decido a montar un laboratorio para hacer
investigaciones y experimentos.
Pero al día siguiente por la mañana el cartero
entregó a Alan un paquete. Leyó éste en la etiqueta
que el remitente era Dwight Bentley, de Londres.
El joven estuvo un momento pensando quién
podía ser el tal Bentley. Recordó en seguida que era
el subdirector del Instituto de Tecnología de
Londres, la Escuela fundada por Cavour. Una tarde
del mes de enero él había tenido una larga con‐
versación con Bentley, en la que se habló de Ca‐
vour, de la navegación espacial y de las esperanzas
que él abrigaba de perfeccionar la hiperpropulsión.
Abierto el paquete, vio que contenía una carta y
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