Page 62 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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Alan.

                   Pero  Quantrell  se  detuvo.  Estaba  con  la  boca

              abierta, mirando hacia la ciudad.


                   —¡La ciudad! — dijo en voz baja.

                   —Sí. Entremos en ella.

                   Alan  estaba  impaciente.  Echó  a  andar  para»


              cruzar el puente. Después de haber caminado tres o

              cuatro  pasos  se  dio  cuenta  de  que  no  le  seguía


              Quantrell. Volvióse y vio que el otro astronauta es‐

              taba  plantado  donde  se  habían  detenido,  contem‐

              plando la ciudad terrestre como si estuviera bajo los


              efectos de un narcótico.

                   —¡Qué  grande  es!  —  exclamó  Quantrell  —.


              ¡Demasiado grande!

                   —¿Qué te pasa, Kevin?

                   —Déjalo  en  paz  —murmuró  Rata—.  No  sé  por


              qué me parece que no te va a acompañar.

                   Alan  observó  con  asombro  que  Quantrell  daba

              tres pasos atrás. Su cara mostraba una expresión de


              pasmo.

                   Se serenó, meneó la cabeza y dijo:

                   —¿De veras quieres ir, Donnell?


                   —¡Claro que sí!

                   Alan miró a su alrededor. Estaba nervioso por si


              le  había  visto  algún  compañero  de  la  Valhalla.  Le

              extrañaba  la  indecisión  de  Quantrell,  después  de



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