Page 1074 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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el tesoro. Cuando no volvieron a salir por la mañana, los
guardias se pusieron nerviosos y abrieron la puerta. No
estaban dentro. Todas las salidas habían estado vigiladas.
Se lanzaron rumores sensacionales. Lo que oí fue por los
indios, y tampoco podía interrogarlos. Recuerde que yo
era un extraño entre ellos, y que apenas se habían alejado
de su lugar de nacimiento. La confusión me permitió
fabricar una historia que explicase mi presencia en la
ciudad, pero no hubiese soportado un examen atento si
alguien se hubiese sentido interesado en mí.
Everard chupó la pipa.
—Humm —dijo—, entiendo que Tamberly, como el
fraile, tenía acceso a cada nueva entrega del tesoro, para
rezarle o lo que fuese. En realidad, tomaba hologramas de
las obras de arte, para información y disfrute de la gente
del futuro. Pero ¿qué hay del soldado?
Vásquez se encogió de hombros.
—Oí su nombre, Luis Castelar, y que era un oficial de
caballería que se había distinguido en la campaña.
Algunos dijeron que planeaba robar el tesoro, pero otros
contestaron que eso era impensable de un caballero tan
honorable, sin mencionar el buen corazón de fray
Tanaquil. Pizarro interrogó durante mucho tiempo a los
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