Page 1157 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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18 de agosto de 2930 a.C.







                 Donde el río se encontraba con el mar, la villa estaba


           formada  por  casas  de  barro.  Sólo  había  dos  canoas

           talladas en la orilla, porque los pescadores habían salido

           en aquel día tranquilo. La mayoría de las mujeres también

           habían  salido,  para  cultivar  pequeñas  plantaciones  de


           calabaza, patata y algodón al borde del manglar. El humo

           se  elevaba  lento  de  un  fuego  comunal  que  siempre

           atendía una persona mayor. Otras mujeres y hombres de


           edad  tenían  tareas  de  las  que  ocuparse  en  sus  casas,

           mientras que los niños se encargaban de otros aún más

           pequeños. La gente vestía falda corta de fibra trenzada,

           adornos de concha, dientes y plumas. Reían y charlaban.



                 El fabricante de vasijas estaba sentado con las piernas


           cruzadas a la puerta de su casa. Hoy  no daba forma a

           recipientes y cuencos ni los cocía. En su lugar, miraba al

           vacío y permanecía en silencio. A menudo lo hacía, desde


           que  aprendió  la  lengua  de  los  hombres  y  comenzó  su

           asombrosa labor. Debía ser respetado. Era amable, pero

           tenía  esos  ataques.  Quizá  planeaba  una  hermosa  pieza

           nueva,  o  quizá  se  comunicaba  con  los  espíritus.


           Ciertamente era un ser especial, con su gran altura, su

           piel, ojos y pelo pálidos y las grandes patillas. Una capa

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