Page 99 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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es difícil para mí poner en palabras mis deseos sobre
este tema. Tampoco es que me pase todo el día
anhelando tener piernas.
—Díselo a los de la AID. —Los Amigos de las
Inteligencias Digitales eran una de esas
organizaciones que tenían buenas intenciones pero la
cabeza bien metida en el culo. En principio, Jenks
creía en muchas de las mismas cosas que ellos; por
ejemplo que las IA eran individuos sapientes que
merecían los mismos derechos legales que cualquier
otro. Pero la AID lo estaba haciendo todo mal. Para
empezar, no tenían demasiados tecs entre sus filas.
Ignoraban la ciencia real en la que se fundamentaba
la cognición artificial y se creían un puñado de
sinsentidos difusos, hasta el punto de considerar las
IA como almas orgánicas atrapadas en cajas de metal.
Las IA no eran así. Comparar una IA con un sapiente
orgánico era como comprar a un humano y a un
harmagiano. Era cierto que había similitudes, y se
merecían el mismo respeto, pero por dentro
funcionaban de una manera que era esencialmente
diferente. Jenks estaba totalmente a favor de
reconocer debidamente los derechos de las IA, pero la
incapacidad de la AID para hablar sobre las mentes
digitales con un mínimo de exactitud era más un
obstáculo que una ayuda. Actuar llenos de
indignación moral mientras largaban información
incorrecta podía ser un modo estupendo de ganar un
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