Page 94 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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Había otras Lovelaces ahí fuera, por supuesto. La
plataforma del núcleo de su software podía
comprarse a través de cualquier distribuidor de IA.
Era muy probable que hubiera docenas de versiones
de ella viajando por la galaxia; quizá cientos, a saber.
Pero no eran Ella. La Lovey que Jenks conocía había
adquirido en la Peregrina su carácter único. Su
personalidad se había moldeado con cada experiencia
que había tenido con la tripulación, con cada lugar
que habían visitado, con cada conversación que
habían compartido. Y Jenks pensó que, para ser
sinceros, ¿acaso no se podía decir lo mismo de las
personas orgánicas? ¿No nacían todos ejecutando la
Plataforma de Inicio Básica Humana, la cual se
modelaba y cambiaba según crecían? Para Jenks, la
única diferencia real en el desarrollo cognitivo entre
los humanos y las IA era la velocidad. Él había tenido
que aprender a caminar, a hablar, a comer y todo tipo
de tareas básicas antes de empezar a tener sentido de
la identidad. Lovey no había tenido que preocuparse
de aquello. No había tenido la necesidad de malgastar
años aprendiendo a monitorizar sistemas o a apagar
circuitos. Había empezado la vida con toda la
madurez y conocimientos que necesitaba para
cumplir con su trabajo con eficacia. Pero en los tres
estándares transcurridos desde que la instalaron se
había convertido en mucho más que una simple IA de
una nave. Se había convertido en alguien maravilloso.
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