Page 58 - En los muros de Eryx - H.P. Lovecraft
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y cargas de repuesto para abrirme paso entre esta


               falange de reptiles repugnantes.







               Mis  esperanzas  aumentaron  prodigiosamente,



               aunque  no  intenté  ponerme  de  pie.  Ahora  era


               mejor  ir  a  rastras,  y  ahorrar  fuerzas  para  el


               próximo  enfrentamiento  con  los  hombres‐


               lagartos. Avanzaba muy despacio, y el peligro de


               extraviarme  por  algún  callejón  sin  salida  era


               grande; de todos modos, me pareció que recorría


               una  curva  que  iba  directamente  hacia  mi  óseo



               objetivo.  Tal  perspectiva  me  infundió  nuevas


               fuerzas, y por el momento dejé de pensar en mis


               dolores, en la sed y en la escasez de provisiones.


               Las  criaturas  se  apiñaban  ahora  junto  a  la


               entrada, gesticulando, saltando y riendo con sus


               tentáculos.








               Pensé  que  no  tardaría  en  enfrentarme  con  la


               horda entera… y quizá con los refuerzos que sin


               duda recibirían del bosque. Ahora estoy a unas


               yardas  tan  sólo  del  esqueleto;  me  he  detenido


               para  escribir  estas  notas,  antes  de  irrumpir  en


               medio  de  esa  horda  de  entidades  inmunda.



               Tengo la seguridad de que mi último átomo de


               fuerzas  los  va  a  poner  en  fuga,  pesar  de  su





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