Page 41 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
P. 41
pesar de no ser capaz de recordarlo realmente. Me
puse de pie, apoyándome con una mano en la mesilla
hasta que me sentí segura. La cadera derecha se me
había vuelto a quedar rígida durante la noche. Si de
mí dependiera, la artritis quedaría abolida.
Encendí la luz del pasillo y bajé por las escaleras.
La puerta que había al pie de las mismas estaba
abierta para que pudiera oír a Nathaniel si llamaba.
Ya no podía dormir con él, por miedo a quebrarle
algún hueso.
Entré en su habitación, que estaba ocupada por
sombras grises y por el oscuro rectángulo de su cama.
En un rincón, la luz se reflejaba en el brazo plateado
de su andador.
—Lo siento —dijo Nathaniel, la voz trémula por el
sueño.
—No pasa nada. Total, estaba despierta.
—Mentirosa.
—A ver, ¿te parece bonito llamarme eso? —Puse
la mano en el interruptor de la luz—. Cuida los ojos.
Noche tras noche seguíamos el mismo ritual y, a
pesar de saber que la luz sería dolorosamente
brillante, se me seguía crispando el rostro cuando se
41

