Page 95 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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hombre.
Y entonces se despejó lo bastante como para
preguntarse dónde estaba su madre. La buscó por
todos los rincones de su cabeza, pero no hubo
respuesta, y eso no podía ser. Una vez que dejó entrar
a mamá, ya no había forma de echarla. No era como
dejar que se mudara a su piso; una vez que estaba en
su cabeza, no había vuelta atrás, porque mamá no
tenía un cuerpo al que volver.
Entonces, ¿dónde estaba?
—¡Ah! Sé que ya estás despierta. Vamos, bella
durmiente. Dime algo. —Esto último se lo dijo en un
susurro, como si fueran las palabras de un amante, y
Mira sintió que tenía que despertarse y abrir los ojos.
Intentó suspirar, pero no tenía aliento. Asustada, los
ojos se le abrieron de golpe.
Un viejo se inclinaba sobre ella, sonriente, pero
Mira apenas lo vio, porque cuando abrió la boca para
respirar su mandíbula rechinó como el chillido de un
ave marina, y no entró aire alguno, y quiso llevarse
las manos a la cara, pero las manos tampoco
respondieron. Aparte de la cara no podía mover nada.
—Hola, hola. ¿Y cómo estás? —El anciano sonreía
con timidez, como si Mira fuera a romperse si lo
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