Page 423 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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«Al repararse la brecha, todo se ha restablecido. Ya
no estamos atrapados en esta sala de espera. Ahora,
el flujo incesante de la vida y sus ciclos puede
continuar como siempre ha sido, como siempre
debió ser».
Debe de ser así, porque Joe observa cómo las
figuras difusas se dirigen suavemente hacia allí, se
recortan contra la luz cálida y desaparecen en ella.
Joe anhela su tibia presencia. Desea fundirse con la
luz dorada.
De pronto siente una acuciante inquietud.
«¿Allen?», emite entonces.
«¡Joe!».
«¡Allen!».
«¡Joe!».
Joe mira otra vez. Ahora la luz queda abajo, a la
izquierda, pero a su lado tiene una forma que
identifica rápidamente. No se distingue de las otras,
pero sabe a ciencia cierta que es su amigo. Es como
si se hubiera transportado con solo pensarlo. Siente
una inmensa alegría.
«Joe, es esto…».
Su voz suena agradable y tranquila.
«Sí».
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