Page 419 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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inmaculado.  Desaparecen  en  el  aire  o  se  alejan,


            inmóviles, flotando a la deriva, muertas en esencia.


            Los demonios, por primera vez en mucho tiempo,


            recuerdan  dos  viejos  conceptos  que  tenían


            olvidados. Uno es la derrota. El otro es el miedo.



            Cuatro  de  los  archidemonios  de  mayor  tamaño


            avanzan resueltamente hacia la brecha. Son viejos,



            más antiguos que los hombres, y están henchidos


            de  energía.  Avanzar  entre  la  luz  intensa,  sin


            embargo,  les  cuesta  un  esfuerzo  considerable.  Lo


            saben todo sobre la anomalía, han vivido con ella


            durante  mucho,  mucho  tiempo,  y  han  aprendido


            muchos  de  sus  secretos.  Se  sitúan  cerca  de  ella,


            extienden  sus  lenguas  atroces  y  comienzan  a



            manipular los bordes. Es como un baile, como los


            pases mágicos de un mago de cabaret, pero trabajan


            deprisa.  Les  lleva  un  rato,  pero  aguantan  bien  el


            desgaste de energía, tienen demasiada. Por fin, la


            brecha  se  estremece  y  cambia  de  una  manera


            esencial y permanente: ahora ya no es una barrera,


            es una ventana rota en un avión comercial a veinte


            mil metros de altura, que lo succiona todo. Las luces


            se ven arrastradas hacia el portal y desaparecen en



            su interior.















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