Page 29 - Triton - Samuel R. Delany
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prostitución?

                Ella le miró de nuevo, agudamente; empezó a decir


           algo, cambió de opinión, y finalmente exclamó:

                —Oh, Jesucristo —y siguió frotándose la barbilla.

                Bron  pensó:  ¿No  estarán  volviendo  de  nuevo  los


           cristianos? Preguntó:

                —Bueno, ¿está bien?


                Ella sacudió la cabeza de una forma que, pensó él, no

           significaba específicamente negación. (Del mismo modo

           que         su        exclamación,                decidió,            no        significaba


           específicamente  cristianismo.)  Luego  le  tendió  una

           mano.

                Él la miró durante un momento (era una mano tan


           ancha  como  la  suya  propia,  con  ligamentos

           pronunciados,  con  la  piel  en  torno  a  las  doradas  uñas

           ásperas como la de un artesano): deseaba que la ayudara


           a levantarse.

                Tiró de ella hasta ponerla en pie, notando, mientras


           ella  se  alzaba  insegura,  que  en  líneas  generales  era  de

           huesos  grandes  y  figura  poco  esbelta.  La  mayoría  de

           personas con este tipo de constitución ‐como él mismo‐


           tendían  a  cultivar  amplios  músculos  (como  él  había

           hecho); ella, sin embargo ‐cosa común entre la gente de


           los Asentamientos de baja gravedad o las Posesiones de

           mediana gravedad‐ no se había preocupado al respecto.

                La mujer se echó a reír.




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