Page 34 - Triton - Samuel R. Delany
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sobrevivieron,  ni  siquiera  se  permitían  un  nombre

           entonces, sólo un número: un número muy largo, al azar,


           creo...,  algunos  miembros  se  reunieron  de  nuevo

           alrededor de principios más o menos similares, pero con,

           supongo que puedo llamarlo así, una interpretación más


           relajada: La Orden de las Bestias Silenciosas... —Agitó la

           cabeza—.  El  hecho  de  que  hablen,  ¿sabes?,  es


           supuestamente considerado como una forma muy sutil

           de ironía. Ésta es la primera vez que me han molestado.

           Son un engorro..., ¡la próxima vez, yo también seré un


           engorro para ellos!

                —Puedo imaginarlo —dijo él, buscando un tema en

           aquella relación de cosas desagradables para continuar la


           conversación.

                No halló ninguno y permaneció allá, en silencio.

                Ella le ayudó de nuevo con:


                —Vamos a dar un paseo —y sonrió, con un gesto de

           la cabeza.


                Él le devolvió la sonrisa y asintió, aliviado; la siguió.

                Unos segundos más tarde, ella giró (en una esquina

           que él había visto a menudo sin pensar nunca en ella), y


           luego volvió de nuevo la vista hacia él.

                Él dijo:


                —¿Lo has observado? Conocer a una nueva persona

           aquí  en  Tetis  es  siempre  como  entrar  en  una  nueva

           ciudad... —Había dicho eso antes también.




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