Page 152 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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Cuando llegó el amanecer, Foyle vio que ella era hermosa:
alta y delgada, pelo rojo ceniza y generosa boca.
Pero, cuando llegó el alba, ella vio su rostro.
SEIS
Harley Baker, doctor en medicina, tenía un pequeño
consultorio entre Montana y Oregón que era un negocio
legítimo, pero que casi no llegaba para pagar el gas—oil
que consumía cada fin de semana participando en las
carreras de tractores antiguos que estaban de moda en el
Sahara. Sus ingresos reales los ganaba en la Fábrica de
Fenómenos en frentón, a la que Baker jaunteaba cada noche
del lunes, miércoles y viernes. Allí, por unas enormes
sumas y sin hacer preguntas, Baker creaba
monstruosidades para el negocio del espectáculo y
reconstruía la piel, músculo y huesos del bajo mundo.
Parecido a una comadrona masculina, Baker estaba
sentado en la fresca glorieta de su mansión de Spokane
escuchando como Jiz McQueen acababa la historia de su
escapatoria.
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