Page 196 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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La voz de Jisbella le llegó, débil pero agitada: —¿Gully,
puedes escucharme? Aquí Jiz. Gully, escúchame. —
Adelante.
—Hace dos minutos llegó otra nave. Está flotando en el
otro lado del asteroide. —¡Qué!
—Está marcada con franjas negras y amarillas, como las de
un abejorro.
—¡La marca de Dagenham! —Entonces, nos han seguido.
—¿Qué otra cosa podía ser? Probablemente Dagenham me
seguía desde que salimos de la Gouffre Martel. Fui un tonto
al no pensar en ello. Tenemos que trabajar rápido, Jiz.
Métete en el traje y ven a buscarme a bordo del Nomad.
Junto a la caja fuerte. Venga, muchacha.
—Pero Gully...
—Corta. Tal vez estén interceptando nuestra longitud de
onda. ¡Hazlo!
Corrió a lo largo del asteroide, alcanzó una puerta, derribó
a los guardas, la abrió y salió al vacío de los pasadizos
exteriores. El Pueblo Científico estaba demasiado
desesperado cerrándola como para tratar de detenerlo,
pero sabía que lo perseguirían; estaban furiosos.
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