Page 21 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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espalda. Se metió dentro del traje. Llevaría él bastante aire
del armario como para permitirle permanecer cinco
minutos en el vacío... ni uno más.
Abrió la puerta del armario y se sumergió en la gélida
negrura del espacio. El aire del armario salió silbando con
él, y su humedad se congeló formando una débil nubécula
de nieve que flotó a lo largo del desgarrado corredor de la
cubierta principal. Foyle empujó el tanque de aire vacío, lo
hizo flotar fuera del armario y lo abandonó. Había
transcurrido un minuto.
Se dio la vuelta y se propulsó a través de los flotantes restos
hacia la compuerta de la bodega del lastre. No corría: su
ritmo de marcha era el único sistema de locomoción posible
en el estado de caída libre e ingravidez: empujones con los
pies, codos y manos contra las cubiertas, paredes y
rincones, un vuelo a cámara lenta a través del espacio,
como si fuera un murciélago volando bajo el agua. Foyle
atravesó la compuerta que daba a la oscura bodega del
lastre. Habían pasado dos minutos.
Como todas las astronaves, la Nomad iba lastrada con la
masa de sus tanques de gases colocados a lo largo de su
quilla corno una larga balsa de troncos unida a los costados
por un laberinto de cañerías de conexión. Foyle tardó un
minuto en desconectar un tanque de aire. No tenía forma
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