Page 24 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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corredor atravesó el marco de una puerta que todavía se
alzaba entre el techo y el suelo. La hoja de la puerta seguía
colgando de las bisagras, entreabierta, una puerta a
ninguna parte. Tras ella no había más que espacio y las
tranquilas estrellas.
Cuando pasó al lado de la puerta, tuvo una rápida visión
de sí mismo reflejado en los brillantes cromados de la
hoja... Gully Foyle, una gigantesca criatura negra, barbuda,
encostrada con sangre seca y suciedad, macilenta, con ojos
enfermizos... y siempre seguida por un reguero de restos
flotantes, los despojos disturbados por su movimiento y
que lo seguían a través del espacio como la cola de un
cometa.
Foyle se introdujo en la despensa y comenzó a desvalijarla
con la velocidad metódica de un hábito de cinco meses. La
mayor parte de los artículos embotellados se habían
congelado y estallado. La mayor parte de los artículos
enlatados habían perdido sus recipientes, pues la hoja de
lata se convierte rápidamente en polvo en el cero absoluto
del espacio. Foyle hizo acopio de paquetes de raciones,
concentrados, y un trozo de hielo del destruido tanque de
agua. Lo echó todo en el interior de una gran olla de cobre,
se dio la vuelta y salió a escape de la despensa, arrastrando
la olla.
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