Page 246 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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—Puede  contarnos  la  verdad.  No  buscamos  trabajo.

           ¿Logran retenerlos?



           —No podemos aguantarlos más de seis meses —gruñó el

           alcalde—. Es un problema infernal. Les damos de todo pero

           no  podemos  retenerlos.  Les  coge  morriña  y  jauntean.  El


           absentismo ha rebajado nuestra producción en un doce por

           ciento. No podemos mantener una plantilla fija.



           —Nadie lo logra.



           —Tendría  que  haber  una  ley.  ¿Forrest,  me  dijo?  Aquí

           mismo.



           Aterrizó frente a un chalet de estilo suizo sito en un acre de


           jardines y despegó, murmurando para sí mismo. Foyle y

           Robin llegaron ante la puerta de la casa, esperando que la

           pantalla  los  detectase  y  anunciase.  En  lugar  de  esto,  la

           puerta  brilló  con  color  rojo  y  sobre  ella  se  iluminó  una


           calavera y dos tibias cruzadas de radiante blanco. Una voz

           grabada habló:



           —Aviso. Esta residencia ha sido provista de trampas por la

           Corporación de Defensa Letal de Suecia. R: 77—23. Quedan


           legalmente advertidos.



           —¿Qué infiernos? —murmuró Foyle—. ¿En la víspera de

           Navidad? Un tipo amistoso. Probemos por detrás.




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