Page 250 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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Foyle atravesó la puerta como si fuera una terraplenadora.
Se encontraron en una amplia habitación vacía. Del techo
colgaba una gruesa cuerda. Un hombre desnudo estaba
retorcido contra ella, en el aire. Se agitaba y deslizaba arriba
y abajo por la cuerda, emitiendo sonidos maullantes y un
olor repugnante.
—Pitón —dijo Foyle—. Siempre es un alivio. No se le
acerque. Le aplastaría los huesos si lo tocase.
Se empezaron a oír voces gritando:
—¡Forrest! ¿Qué demonios son esos disparos? ¡Feliz Año
Nuevo, Forrest! ¿Dónde infiernos es la fiesta?
—Ahí vienen —gruñó Foyle—. Tendremos que jauntearlo
fuera de aquí. Nos encontraremos en la playa. ¡Vayase!
Sacó un cuchillo del bolsillo, cortó la cuerda, se echó el
reptante hombre a cuestas y jaunteó. Robin había llegado a
la vacía playa de Jervis un momento antes que él. Foyle
llegó con el serpenteante hombre babeando sobre su cuello
y hombros corno una pitón, atenazándolo en un terrible
abrazo. El estigma rojo apareció repentinamente en el
rostro de Foyle.
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