Page 256 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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Robin se quedó helada. Él vio que estaba mirando por
encima de su hombro, con una expresión de incredulidad.
Se dio la vuelta. Una figura llameante se alzaba en la playa,
un enorme hombre con ropas encendidas y una cara
horriblemente tatuada. Era él mismo.
—¡Cristo! —exclamó Foyle. Dio un paso hacia su imagen
ardiente, pero abruptamente ésta hubo desaparecido.
Se volvió hacia Robin, demacrado y tembloroso.
—¿Vio eso?
—Sí.
—¿Qué era?
—Usted.
—¡Por Dios! ¿Yo? ¿Cómo es posible? ¿Cómo...?
—Era usted.
—Pero... —sintió desmayarse, y la fuerza y su furiosa idea
fija lo abandonaron—. ¿Era una ilusión? ¿Una alucinación?
—No lo sé. Yo también lo vi.
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