Page 44 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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M9ira chilló y fintó mientras Foyle la perseguía
pacientemente. La atrapó en un rincón, le desgarró el
camisón y la ató y la amordazó con él. M9ira hacía el
suficiente ruido como para partir en dos el asteroide, pero
la cencerrada científica era aún más atronadora.
Foyle terminó la reparación chapucera de la sala de
máquinas; ahora ya casi era un experto. Asió a la
muchacha, que se debatía, y la llevó hasta la compuerta
principal.
—Parto —gritó en el oído de M9ira—. Despego. Vuelo con
el cohete lejos del asteroide. Será un infernal golpe,
muchacha. Tal vez todos muráis, vosotros. Todo saltará en
pedazos. Cualquiera sabe lo que va a pasar. Ya no habrá
aire. Ya no habrá asteroide. Ve a decírselo. Estoy
calentando los motores. Ve, muchacha.
Abrió la compuerta, echó a M9ira fuera, la cerró y la
aseguró. La cencerrada finalizó repentinamente.
En los controles, Foyle apretó el botón de ignición. La
sirena automática de despegue comenzó un alarido que no
había sonado en décadas. Las cámaras de los cohetes se
encendieron con apagadas concusiones. Foyle esperó a que
la temperatura alcanzara el nivel de disparo. Mientras
esperaba, sufría. La lancha estaba cementada al asteroide.
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