Page 82 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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mortales, mordió el extremo del recipiente y lo lanzó, en un

           perfecto arco alto, hacia el Vorga. Al siguiente instante lo

           derribaron.



           —Explosivo. Pónganse a cubierto. Explosivo. Pónganse a

           cubierto. A cubierto.




           —¡Presteign! —aulló el Ujier Mayor.


           Presteign lo apartó y contempló cómo el recipiente subía y


           luego bajaba hacia la proa del Vorga, girando y brillando a

           la fría luz del sol. Al borde del pozo fue cogido por el haz

           antigravitatorio y lanzado hacia arriba como por un puño


           invisible.  Se  alzó  arriba  y  arriba,  a  medio  centenar  de

           metros, a un centenar, a medio millar. Entonces se vio un

           destello  cegador,  y  un  instante  más  tarde  un  estruendo


           titánico  que  reventó  tímpanos  y  estremeció  huesos  y

           dientes.



           Presteign se recobró y descendió del estrado hasta el podio

           de lanzamiento. Colocó su dedo en el botón de lanzamiento

           del Princesa de Presteign.



           —Tráiganme a ese hombre, si aún está con vida —le dijo al


           Ujier Mayor. Apretó el botón—. Te pongo el nombre de...

           ¡el Poder de Presteign! —gritó triunfal.








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