Page 296 - Mundos En El Abismo - Juan M. Aguilera
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Jonás puso en marcha con la barbilla el
sistema de refrigeración. Con alivio sintió el
agua circulando por su cuerpo, absorbiendo el
exceso de calor, y transportándolo al exterior.
A partir de aquel momento tendrían que
respirar oxígeno puro a baja presión, y
necesitarían cuatro horas y media para purgar
todo el nitrógeno de la sangre. Sólo así podrían
soportar la diferencia de presión existente
entre la atmósfera de la Vajra y sus
escafandras. Durante este tiempo. Jonás y sus
acompañantes deberían de permanecer en la
sala de descompresión que ya estaba siendo
abandonada por técnicos y auxiliares, y que
permanecería herméticamente cerrada.
El técnico de vestuarios pasó revista por
última vez a las tres escafandras,
comprobando minuciosamente cada ajuste,
cada cremallera, cada cierre. Todo debió de
ser de su aprobación, porque poco tardaron en
dejarlos solos y encerrarlos en la cámara. Las
alarmas sonaron indicando que se iniciaba el
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