Page 339 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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—La primera, la falacia de la democracia.
Ahora tenemos claro que no es bueno
preguntarle a la gente lo que quiere. Primero
debes pensar qué es lo que deberían querer si
la sociedad debe salvarse. Luego les dices
qué es lo que quieren y vigilas para que lo
obtengan.
»Sé que debe de parecerle extraño a un
hombre de su época —dijo—, pero es el
pensamiento moderno, y ¡he oído antes a su
amigo abrazar las mismas ideas en el
fonógrafo!, y él es de su época, ¿no?
»No conozco demasiado la historia, pero
parece que el estado moderno que estamos
desarrollando en Gran Bretaña y América,
que esperamos compartir con el resto del
mundo, se parece a las repúblicas de la
antigüedad: Cartago, Atenas, Roma, que
eran básicamente aristocráticas, ya sabe.
Todavía tenemos parlamentarios, pero ya no
se les elige con un método tan crudo como el
sufragio popular.
»Y todas las viejas ideas sobre la oposición,
¡bien! Todo eso lo hemos desechado. Mire,
hombres como usted y yo sabemos que en la
mayoría de los temas no puede haber dos
opiniones opuestas correctas. Sólo hay un
único camino correcto e infinitas formas
erróneas de hacer las cosas. Un gobierno o
intenta ir por el buen camino o es criminal.
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