Page 350 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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saludable de la grasa de motores, la goma y
el metal quemado. Los vehículos a motor
estaban en el suelo de cemento manchado en
diferentes estados de montaje; hombres con
monos se movían entre ellos, algunos silba‐
ban. Sentí que mi ánimo se alejaba un poco
de mi estado de opresión habitual producido
por la Bóveda. He tenido la oportunidad de
comprobar que nada molesta a un hombre
que tiene la oportunidad de trabajar con las
manos.
—Esta —me anunció Wallis— es la División
de Construcción de VDT.
—¿VDT? ¡Ah! Ya recuerdo. Vehículo de
Desplazamiento Temporal.
En aquel hangar, hombres alegres se
dedicaban a la construcción de Máquinas del
Tiempo, ¡y parecía que a escala industrial!
Wallis me llevó hasta uno de los vehículos,
que parecía completo. El coche del tiempo,
como lo consideraba, tenía unos cinco pies
de alto, y era una caja angulosa; la cabina
parecía lo bastante grande para llevar a
cuatro o cinco personas, y se sostenía sobre
tres pares de ruedas con orugas. Tenía faros,
soportes y otros equipamientos. En cada
esquina de la carrocería había depósitos de
un par de pulgadas de ancho; era evidente
que los depósitos estaban huecos porque
cada uno tenía una tapa que se atornillaba. El
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