Page 352 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Se pasó los dedos por los pelos haciendo que
muchos de ellos se le quedasen de punta.
—¡Por supuesto que no! No tenemos
Plattnerita. —Me puso la mano sobre el
hombro—. Y ahí es donde entra usted.
Wallis me llevó a otra parte del complejo.
Después de más controles de seguridad
penetramos en una cámara larga y estrecha
como un pasillo. Esa cámara tenía una pared
completamente de vidrio, y tras el cristal
pude ver una habitación mucho mayor, más
o menos del tamaño de una cancha de tenis.
La habitación mayor estaba vacía. En la
cámara más estrecha había seis o siete
investigadores sentados; cada uno llevaba la
bata de laboratorio sucia con la que todo
experimentador parece que ha nacido, y se
inclinaban sobre indicadores e interruptores.
Los investigadores me miraron al entrar —
tres de ellos eran mujeres— y me
sorprendieron sus rostros; se les notaba una
fatiga nerviosa, a pesar de su apariencia
juvenil. Un instrumento emitió una serie de
chasquidos durante todo el tiempo que
estuvimos allí; era el sonido de un «contador
de radiación», me dijo Wallis.
La cámara grande tras el cristal era una
simple caja de cemento con paredes sin
pintar. Estaba vacía, exceptuando un
monolito de ladrillos de unos diez pies de
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