Page 614 - Hijos del dios binario - David B Gil
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complicado  burlar  al  personal  de  guardia,  tan


           acostumbrado a que nadie rompiera las normas en


           St.  Martha.  Además,  para  qué  esforzarse  con  la


           vigilancia  si,  al  fin  y  al  cabo,  solo  había  una



           estudiante ingresada, dormida con sedantes y con


           respiración asistida. Difícilmente requeriría algo de


           la  médica  que  debía  atenderla,  que  dormitaba


           plácidamente en la sala de urgencias.


                  Tras  atravesar  los  asépticos  corredores  de


           paredes blancas y suelo de mármol, penetró en la


           habitación  en  penumbras  y  cerró  la  puerta.  Le



           alivió  reconocer  cierta  mejoría  en  su  amiga:  la


           inflamación de su rostro parecía menos acusada y


           los  hematomas  bajo  la  piel  comenzaban  a  clarear.


           Pero verla así seguía cortándole el aliento.


                  Arrastró una silla hasta la cabecera de la cama y


           se sentó junto a Eva. Un monitor proyectaba todo


           tipo de información médica: pulso, presión arterial,


           índice  de  sedantes  en  sangre,  actividad  cerebral...


           Nada de aquello le decía lo más mínimo sobre su



           estado;  sí  lo  hacía,  sin  embargo,  su  respiración


           pausada  y  su  expresión  serena.  Le  acarició  la


           mejilla  con  cuidado,  dejando  que  su  cabello  se  le


           enredara  entre  los  dedos,  y  una  punzada  de


           melancolía volvió a lacerarlo.


                  —Hoy  estás  especialmente  guapa  —musitó




                                                                                                            614
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