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Los sin nombre: 23                                                   Ramsey Campbell

               –No  podéis  dejar  a  un  lado  dichos  pensamientos,

            pues  solo  conseguiréis  que  se  adentren  en  lo  más


            profundo de su vuestro ser y echen ahí sus raíces. Así

            es  como  empieza  la  corrupción:  cuando  intentas

            convencerte a ti mismo de que el mal no tiene nada que


            ver contigo. Así es como una persona empieza a perder

            el  control,  tanto  de  sí  misma  como  de  lo  que  puede


            hacer.

               Estas palabras no parecían ser las que la audiencia

            deseaba  o  esperaba  oír  (era  evidente  que  muchos  se


            sentían  incómodos,  pues  se  oyeron  algunos

            murmullos), pero tampoco iban a ayudarla a encontrar

            a  Angela.  Todo  aquello  empezaba  a  recordarle  a  la


            amiga psicómetra de la señorita Clarke, por lo inútil

            que  estaba  siendo.  Cuando  Barbara  utilizó  los

            murmullos  como  una  excusa  para  mirar  de  nuevo


            hacia atrás, no le quedó ninguna duda de que la mujer

            de la nariz de fresa la estaba mirando. Puede que solo


            lo  hiciera  porque,  entre  todas  aquellas  personas,

            Barbara  parecía  estar  fuera  de  lugar,  pero  se  giró

            rápidamente,  haciendo  que  un  mechón  de  cabello


            cayera sobre su ojo.

               –Pero todos lo tenemos en nuestro interior para hacer


            el bien –dijo el joven, para alivio del público–. El bien

            no puede ser erradicado. Siempre renacerá. A ninguno

            de nosotros nos será negada nunca la redención, a no





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