Page 320 - Los Sin Nombre - Ramsey Campbell
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Los sin nombre: 28                                                   Ramsey Campbell

            espacio para el sello. Entonces, como si formara parte

            de  la  misma  acción,  escribió  «El  hombre  que  la


            acompañó  a  mi  casa  es  un  sin  nombre.  Pueden

            obligarlo a hacer lo que ellos quieran. Iris» y guardó el

            papel en el sobre. Después lamió la lengüeta con tanta


            rapidez que se cortó la lengua y bajó las escaleras a toda

            velocidad,  escondiendo  la  carta  en  un  bolsillo  de  su


            vestido.  Temía  que  sus  manos,  actuando  por  cuenta

            propia, se cerraran sobre la carta y la rompieran.

               –¿Vamos a buscar a papá? –preguntó.


               –Sí, si te apetece –respondió su madre, sorprendida y

            complacida al mismo tiempo.

               Aquella  parte  del  plan  era  sencilla.  En  ocasiones


            salían a dar un paseo, pero siempre lo hacían a última

            hora  de  la  tarde,  cuando  había  menos  tráfico.

            Seguramente, Maisie pensaba que Iris estaba haciendo


            progresos.

               Su madre tardó lo suyo en arreglarse pues, por lo que


            a ella respectaba, tenían tiempo de sobra. Habría ido

            paseando  colina  abajo  hasta  la  carretera,  pero  Iris  la

            apremió  a  avanzar  con  rapidez.  Sin  duda  alguna,  le


            alegraba que su hija ya no se acobardara ante el tráfico.

               Cuando  llegaron  al  Whip  &  Collar,  en  la  calle  que


            discurría junto al canal, el ruido del tráfico se convirtió

            en un muro invisible. Iris se dio fuerzas a sí misma para

            soportarlo, pero el ruido aumentaba por segundos y le





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