Page 222 - Sombras En Fuga - Orson Scott Card
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Sombras en fuga ‐ Orson Scott Card


                 —Y nos dará la oportunidad de mirarlos sin que ellos

          nos miren —añadió Ender.


                 —Y sin que saquen la nave de órbita y obliguen al


          Gigante a seguirnos —dijo Sergeant.


                 Carlotta admitió que tenían razón, pero aun así no le

          gustaba. Abrieron la próxima puerta, a una quinta parte


          del recorrido alrededor de la nave, y la luz del sol no era

          tan directa. Un timón, en efecto, con varios asientos con

          forma  de  fórmico  y  paneles  de  control.  Muchos


          medidores y pantallas que consistían en filas de luces. Y

          asientos frente a las ventanas, para apostar observadores.


                 Pero  no  había  un  alma  en  la  sala.  Ni  siquiera  un


          cadáver.


                 —Al menos, queda demostrado el concepto —añadió

          Sergeant—. Ahora sabemos que las salas de pilotaje están

          dispuestas  simétricamente  alrededor  del  casco,  y  no


          escondidas en el eje.


                 —Y sabemos que los fórmicos querían mirar, no solo

          recibir los datos de la Reina Colmena —dijo Ender.


                 —O  así  era  como  ella  recibía  los  datos  —matizó


          Carlotta.


                 —Es  posible  —concedió  Sergeant—.  Observadores

          en todas las salas de pilotaje, pero pilotos en una sola.


                 —Vamos a encontrarla —propuso ella.


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