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Arte e Historia
en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
«Retrato de mujer» 1936. Catalogado con el título «Retrato de Mujer», su autora no se concentra en la
faz de su modelo, sino que a partir de la misma, o del peinado voluminoso con pollina de rubia cabellera,
ejecuta una composición que casi se divide en dos rectángulos invisibles. Es un trasfondo al claroscuro que
enaltece el medio cuerpo femenino resuelto en base a tres zonas corporales: la cabeza, el cuello y tórax,
donde una zona del pecho extiende el color de una piel tersa y tonalizada; luminosa como el vestuario que
solo resulta un amplio y doble cuello en caída. Se trata de un retrato de lírica captación psicológica y apenas
percepción de su rejuego entre la simetría y lo contrario.
Abelardo Piñeyro. (1862-1957). Artista autodidacta y farmacéutico, muy conocido en la ciudad natal de Santo
Domingo. Expone por primera vez en colectiva de1898, presentando un retrato al busto. En 1934 concurre al
concurso de pintura organizado por el Ateneo Amantes de la Luz, de Santiago de los Caballeros, obteniendo
mención de honor. Su formación farmacéutica le permitía fabricar los colores pictóricos que usaba para sus
cuadros de variados temas, especialmente bodegones, paisajes y retratos. Regularmente se le veía portar sus
materiales artísticos y pintar en las aceras callejeras y parques. Al inaugurarse la primera sala de Arte Moderno
del Museo Nacional, en la década 1930, se incluye una obra suya. También figura en las principales muestras
nacionales del lustro 1940-1945. Celebra en 1943 una exposición retrospectiva en la Galería Nacional de Bellas
Artes, considerándosele decano de los pintores dominicanos por su largo ejercicio y vida longeva.
«Bodegón» óleo/carbón, 31x51 cms., s.f. Es un soporte rectangular, el quicio de una mesa ofrece ordenadamente
una gran piña y siete mangos. Contrasta la iluminación del mueble y las frutas con el fondo grisáceo.
Década de 1940: señas de nativos/reflejos de extranjeros
Desde 1939 desembarcan en el país diversos núcleos de refugiados europeos que escapan de las con-
tiendas armadas y las persecuciones políticas de los regímenes del general español Francisco Franco, y del
führer alemán Adolfo Hitler.
Educadores, escritores, fundidores, obreros, periodistas, peritos industriales, teatreros y representantes
de las artes plásticas fueron acogidos con sus familiares en calidad de refugiados por el Estado dominicano y
por reconocidos ciudadanos con mentalidad de mecenas. Entre 1939-1940, arriban a la República entre otros
el dibujante y escultor Manolo Pascual, los pintores George Hausdorf, José Gausachs, José Vela Zanetti y el
infante Antonio Prats-Ventós, el cual se forma artísticamente en tierra dominicana. La presencia artística de
españoles y alemanes de condición judía, amplía socialmente el quehacer de diversas manifestaciones locales.
Las señas nativas se conjugan con los reflejos de los refugiados extranjeros, especialmente en las artes y en
el campo de la crítica cultural que cuenta además con la presencia del dominicano Rafael Díaz Niese, cultor
estético, gestor, y políglota informado de las corrientes de las vanguardias europeas modernas.
Más de un artista inmigrante expone individualmente en la ciudad capital en el 1939. Posteriormente,
en 1940 la celebración de una muestra colectiva de Bellas Artes reúne obras de diez artistas europeos y
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