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Arte e Historia
en la colección de Artes Visuales del Banco Popular Dominicano
las condiciones de un muralista del que se sirven para embellecer sus construcciones. En 1941 emprendió
la creación de su primer mural en la Logia Masónica Cuna de América. Fue nombrado profesor en 1942
en la creada Escuela Nacional de Bellas Artes, repartiéndose sin cansancio como docente, dibujante, pintor
de caballete y murales de incontable número y con proyección a nivel internacional, pero ostentando una
condición dominicana, aun siendo español nato. Reside en Santo Domingo hasta inicio de la década 1950,
marchándose a México, viajando por diversos países, pero retornando regularmente a República Domini-
cana. En 1981, el Museo de Arte Moderno celebró la retrospectiva «La obra dominicana de Vela Zanetti,
1939-1981», organizada por la Fundación José Antonio Caro Álvarez.
«Amantes», óleo y ducco/cartón piedra, 42x57 cms., 1947. El cuadro enfoca la escena de una pareja de mu-
latos anidados por el abrazo, el amor y la congoja. Están sentados sobre la tierra amarillenta confundida
con el horizonte. Son dos grandes cuerpos, él ladeado con vestimenta de desnudos brazos y pies. Su cabeza
inclinada, en tanto de ella apenas se aprecia su cuerpo, aunque su rostro ofrece la visibilidad de una amante
mujer que abraza, besa y consuela.
Celeste Woss y Gil. Hacia los años de la llegada de varios miles de asilados políticos españoles y de con-
dición judía, la Academia de Woss y Gil, cumplía un decenio de labor docente refrescante para los jóvenes
de ambos sexos que cursaban formación en el plantel. La academia tenia respaldo semioficial y celebraba
exposiciones anuales del alumnado o en conjunto con los maestros que asisten a la directora. Doña Celeste,
como era llamada, se multiplicaba como profesora, como militante declarada del movimiento feminista,
pareja de un singular enlace matrimonial y especialmente como artista mujer que se sumergía en el taller
hogareño. A su estudio acudían, regularmente, los modelos de sus desnudos y retratos que alcanzan cierta
opulencia estilística y liberada, al igual que temas cotidianos, excepcionales en su producción. En 1939
participa en la Exposición Mundial de Pintura en Nueva York, obteniendo medalla de honor por su cua-
dro «Vendedores de Andullos», y además es de rigor el registro de obras suyas en las primeras exposiciones
nacionales de artes plásticas celebradas entre 1940-1942.
«Desnudo masculino», óleo/tela, 112.5x78 cms., 1941. Escribe Rafael Díaz Niese, en 1943: «Celeste Woss y Gil
vuelve por sus fueros en forma tan imperativo que resulta difícil negarle el puesto de honor que le corresponde. (…). Un
talento esplendido, unido a un excepcional temperamento pictórico, con briosos arrestos servidos por una técnica impe-
cable nos ofrece hoy pintura de verdad: bellos desnudos y vigorosos retratos (…). En suma: arte amplio, en que las figuras
están tratadas como si fueran grandes bloques pictóricos (…) siempre se ha podido notar en sus obras de uña del león
(…) logra en sus telas una expresión un tono, –permítasenos barajar así los términos–, tan austero y vigoroso (…) muy
señaladamente, un desnudo masculino, tienen reminiscencias renacentistas de la más sobria elegancia. La modernidad
de la factura no afecta en nada la precisión y jugosidad de la línea. ¡Es admirable!»
«Desnudo masculino»
Celeste Woss y Gil
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